Por El Universal |
Carlos III junto a su esposa Camila Parker han tomado la sucesión al trono, luego de que la reina Isabel II muriera el pasado 8 de septiembre, esta noticia ha desatado polémica debido a la “maldición” que encierra la corona que portará Camila tras su proclamación al ascenso.
De acuerdo con EL TIEMPO, la Corona de la Reina Madre, contiene un diamante de 105 quilates, conocido como el Koh-i-noor, que ha formado parte de la familia real británica por varios siglos.
El lujoso diamante, cuyo nombre en persa significa «montaña de luz», fue descubierto en India en el siglo XIV y fue «robado» durante el régimen colonial, pero al ser portado se especula que tiene una maldición letal.
Según la leyenda, los hombres que la porten “serán dueños del mundo, pero también conocerán todas sus desgracias», dice el portal Reader’s Digest.
Durante siglos después de su descubrimiento, el diamante pasó de un gobernante a otro, pero su historia dice que la joya hizo que pagaran un precio.
Tras la muerte de la reina Isabel II, la India decidió reclamar una vez más el diamante, pues consideran que les pertenece de manera legítima. Además, en varias ocasiones, dirigentes indios han sostenido que es una falta de respeto que la familia real británica continúe con el diamante en su poder.
El asunto ha cobrado tal magnitud que no solo el Gobierno indio solicitó la devolución de la joya, sino que países como Pakistán, Afganistán y otras naciones han pedido que Koh-i-noor sea regresado a sus “legítimos dueños”.
La primera vez que India solicitó el diamante fue en 1947, desde entonces lo ha realizado de manera reiterada. Más adelante, para el año 2016 una reconocida ONG recurrió a un tribunal para exigirle al gobierno indio que no dejará de lado este tema.
El diamante antes de acabar dentro de las joyas de la corona británica, fue propiedad de gobernantes afganos y de los maharajás del Punjab en la India.