“No nos queremos quedar aquí, pero que atiendan nuestras necesidades, aquí hay gente de la tercera edad, enfermos”, dicen
Por la avenida Santiago Troncoso, en Parajes de Oriente, justo detrás del Centro de Reinserción Social para Menores Infractores, se vive una crisis humanitaria y de vivienda que comenzó en octubre de 2022.
En ese lugar, un terreno baldío, comenzaron a aparecer jacales hechos con madera, cartón y bolsas de hule, que sirven como refugio para personas que perdieron su vivienda por no poder pagarla y por no poder cubrir una renta.
Actualmente se encuentran ahí alrededor de 350 personas, que saben que están invadiendo un terreno, que piden se les escuche y se les rescate del olvido, de las condiciones insalubres y las inclemencias meteorológicas. Entre ellos hay quienes padecen alguna discapacidad, adultos mayores y niños enfermos.
Algunos viven en Ciudad Juárez desde hace muchos años, otros vienen de regiones como Torreón y Veracruz y tienen poco tiempo en la frontera. Algunos de ellos solían rentar en el norponiente de la ciudad. Se ganan la vida vendiendo chicles en cruceros, vendiendo latas de aluminio, zapatos o lo que sea posible.
No tienen luz, agua ni gas. Al no tener baño, algunos de ellos optan por ir hasta el supermercado que se encuentra a casi un kilómetro de distancia para poder hacer sus necesidades. El agua a veces se las brindan las personas que viven cruzando la calle o la consiguen en una expendedora de agua, aunque expresan que sería una gran ayuda si el Municipio les enviara una pipa.
“Que el Gobierno voltee a ver la necesidad que tenemos”
Leticia Robledo solía trabajar en un supermercado, hasta que un accidente con un montacarga le dejó una lesión en la rodilla. Como no la incapacitaban, tuvo que renunciar. Ahora vive con su esposo, quien los sostiene ganándose la vida como albañil, aunque los altos precios de las rentas los mantienen en ese lugar atrás del reformatorio de menores.
“Aquí estamos para que el Gobierno voltee a ver la necesidad que tenemos. La moneda tiene dos caras, cuando buscan el voto nosotros los apoyamos, que ahora nos ayuden a nosotros. No nos queremos quedar aquí, pero que atiendan nuestras necesidades. Aquí hay gente de la tercera edad, enfermos”, detalló Leticia.
“Aquí no hay representantes, estamos nada más a ver si nos escuchan y nos venden o nos reubican”, mencionó María, proveniente de Torreón, quien ha vivido ahí en la Santiago Troncoso en calidad de invasora durante cuatro de los siete meses que lleva en Ciudad Juárez. “Antes estaba por Anapra, allá nos estaban rentando”, agrega.
“Nos subieron las rentas muy caras. Ya no nos dan lugar en ninguna parte. Los renteros aprovecharon las cosas y se fueron para arriba, por eso estamos aquí”, declaró Jesús, vendedor ambulante residente de Ciudad Juárez por casi 30 años.
Durante la noche, se iluminan con veladoras, y se resguardan del frío gracias a que consiguen leña o cartones. Expresan sentirse cansados de la suciedad y de la calidad de vida indigna. Lanzan un llamado de auxilio por parte de quienes no quieren ser una carga. Con sus derechos humanos vulnerados, claman por una vida digna, por ser escuchados, que se les haga justicia y se les rescate del abandono.