Físicamente, Genaro García Luna estuvo en una sola ocasión en Ciudad Juárez, sin embargo, el legado que dejó la supuesta estrategia contra el narcotráfico que emprendió el Gobierno federal en todo el país, con él al frente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal y el entonces presidente del país Felipe Calderón, dejaron una huella profunda en esta región fronteriza.
De acuerdo a reportes periodísticos, dicho exfuncionario únicamente estuvo en la localidad el lunes 9 de mayo de 2011, cuando asistió a un solo evento oficial: una reunión de seguridad en la que estuvieron presentes el entonces gobernador César Duarte Jáquez; el presidente municipal juarense, Héctor Murguía; así como Gustavo de la Rosa Hickerson, en ese entonces representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), entre otros personajes.
Un reporte oficial de esa fecha refiere que en la reunión también estuvieron diputados locales y representantes de la Mesa Ciudadana de Seguridad de Ciudad Juárez, “quienes avalaron la propuesta para fortalecer el esquema de la policía preventiva, a la cual se busca transformar para combatir la delincuencia”.
Al encuentro asistió el comisionado general de la Policía Federal (PF), Facundo Rosas, quien fue señalado en numerosas ocasiones de abusos policiacos en Ciudad Juárez.
De cementerios, confrontaciones y la ciudad más violenta
Para entonces, Juárez ya era un cementerio, por la cantidad de muertos, y cuna de numerosos delitos como extorsiones y secuestros.
García Luna se había confrontado con el Gobierno de Chihuahua acusando que no se enfrentaba al crimen de forma adecuada.
Vino a Ciudad Juárez a decir que se buscaría incorporar a miles de graduados de universidades para integrarlos la investigación e inteligencia con la importante tarea de sumarlos a la seguridad.
La realidad es que la inseguridad es lo que había acentuado la condición de este municipio fronterizo, convirtiéndose por tres años consecutivos en la ciudad más violenta del mundo.
En el 2008, Juárez alcanzó el máximo ranking por casos de homicidios por cada 100 mil habitantes.
En el 2009 la ciudad se mantuvo a la cabeza de la violencia en el mundo con la misma categoría. En 2010 se consolidó igualmente como la más violenta del mundo.
Para el año 2011 Juárez bajó un peldaño y se colocó como la segunda más violenta y para el 2012 se fue hasta el lugar 19.
Crecieron los delitos… y los abusos en una ciudad vacía
Durante el periodo que Genaro García Luna impulsó la llegada de la Policía Federal a Juárez, se dispararon varios delitos, aunque también los abusos atribuidos a los agentes de dicha corporación.
De acuerdo a Alberto Aziz Nassif, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), en un reporte denominado Violencia y destrucción en una periferia urbana: El caso de Ciudad Juárez, México, la ausencia del Estado generó condiciones y dispositivos para que hubiera “una destrucción social muy lejana de la innovación y la creatividad”.
“La violencia en Ciudad Juárez ha provocado un aplastamiento de la sociedad”, enfatizó en su investigación publicada en el 2012.
Con datos del Colef y del Instituto Municipal de Investigación y Planeación, hizo recuento de un texto denominado “Juárez se nos muere de tristeza”, de Teresa Almada, del año 2010, donde se precisaba que Juárez se caía a pedazos, con 116 mil viviendas vacías (la cuarta parte de las casas de la ciudad).
Se calculaba que (entre 2008 y 2009) alrededor de 100 mil juarenses se habían ido a vivir a El Paso, Texas (principalmente los de mayores ingresos económicos), pero muchos otros habían regresado a sus lugares de origen o se habían ido a otras ciudades de México.
“Solo en la industria maquiladora se han perdido más de 80 mil empleos en estos dos años, producto de la recesión estadounidense; de los que quedan, 20 por ciento se encuentra en paro técnico […]. Diez mil pequeñas y medianas empresas han cerrado producto de la extorsión y las amenazas; más de 600 mil juarenses están hoy en situación de pobreza […]. Se hablaba de la cancelación del espacio público, de alrededor de 7 mil huérfanos y de las viudas de esta guerra, de la soledad con que se vive el horror, de la destrucción de las familias, de las úlceras en niños pequeños y personas que han sido atendidas con inflamación cerebral, producto del estrés máximo, pero sobre todo se hablaba del miedo, un sentimiento permanente en la población juarense”, refería.
Muerte y más muerte
Sobre los homicidios, se brincó de 320 casos en el 2007, a mil 623 en 2008.
En el 2009 se reportaron 2 mil 754 asesinatos y en el 2010 se alcanzó la cifra histórica de 3 mil 622 casos.
Para el 2011 hubo 2 mil 086 homicidios y para el 2012 descendió a 737 muertos.
En el 2008, año en que la violencia se desató en Juárez, se aparejó la estrategia federal Operativo Conjunto Chihuahua, con el despliegue de 5 mil 500 soldados en la ciudad, con el objetivo de combatir y desarticular a los cárteles de la droga.
En el 2009 fueron destacamentados 10 mil 800 efectivos entre soldados y policías federales.
Los secuestros y las extorsiones crecieron de forma exponencial y fueron detenidas decenas de bandas dedicadas a este delito, incluidos policías federales.
En el cobro de cuotas se señaló especialmente a agentes federales que estaban desplegados en la ciudad.
¿Favorecieron al cártel de Sinaloa?
En la rendición de cuentas que Facundo Rosas, excomisario general de la extinta Policía Federal, hizo en el marco de la evaluación del programa “Todos Somos Juárez”, a un año de su implementación, el funcionario destacó que desde que la Policía Federal asumió el mando en la ciudad, en abril del 2010, se detuvo a cientos de delincuentes, pero destacó el dato de que eran tres veces más los detenidos ligados al Cártel de Juárez, comparados con los de Sinaloa.
Como resultado del combate a grupos en Ciudad Juárez, se tenía la detención de 209 personas vinculadas al Cártel de Juárez, La Línea y Los Aztecas; mientras que del Cártel de Sinaloa, Gente Nueva, Artistas Asesinos y Mexicles, 64.
En un cable expuesto por WikiLeaks, se deploraba el trabajo realizado por las fuerzas federales en Juárez al señalar también que “el Ejército y la Policía Federal rara vez se enfrentaron con los cárteles y pandillas callejeras”.
El entonces comisionado general de la Policía Federal, Facundo Rosas, dijo sobre el aparente favorecimiento a un grupo criminal: “en números gruesos, pudiera tener esa configuración, esa relación (una mayoría de detenidos de La Línea)”.
Insistió que no era la intención favorecer a ninguno de los grupos.