La actividad comercial y el gran flujo de automovilistas no impiden que esta avenida luzca abandonada
La avenita Waterfill conecta directamente con el puente internacional Zaragoza. A sus alrededores, varias maquiladoras han encontrado un buen lugar para instalarse, y también numerosos negocios se ubican a lo largo de esta concurrida avenida; sin embargo, la gran actividad presente en este camino, no la salva de lucir abandonada.
Al transitar por esta avenida, se nota lo anacrónico del paisaje. Es cierto que hay numerosos negocios, plazas comerciales, moteles, yonkes, talleres, puestos de hamburguesas y hasta algunos consultorios médicos, pero todo luce viejo, despintado, decadente y sí, con basura por todas partes.
Un parrillero que opera junto a una tienda de conveniencia en esta avenida, mencionó que en todo el año que ha trabajado en ese punto, solo una vez ha visto a trabajadores del Municipio realizar labores en Waterill, y eso fue para pintar las líneas y delimitar carriles en la calle.
Los deshuesaderos de autos, los talleres, los hoteles de paso y la tierra que cubre las banquetas, convierten la avenida Waterfill en el escenario perfecto para algún thriller de carretera. A la vista solo le hace falta un filtro sepia para que sea el México retratado en producciones gringas de cine o televisión. Es lo que han de pensar cientos de ciudadanos estadounidenses al ingresar a Ciudad Juárez por el puente Zaragoza.
A lo largo de Waterfill, de ambos lados de la vialidad, se aprecian algunos pequeños terrenos baldíos, con hierba crecida y amarilla, palmeras, pinos y árboles secos, basura y más basura. También se observan algunas propiedades vandalizadas con letreros de se vende.
Las casas de cambio, y los establecimientos donde uno puede contratar un seguro para su auto y cruzar hacia Estados Unidos, denotan la naturaleza fronteriza del lugar, pero hay que tener presente que la basura es la constante en esta avenida que sirve como unión entre El Paso, y una Juárez abandonada.
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