Por Luis Carlos Ortega |
Se llama Javier Noriega Guzmán, originario de la ciudad de Chihuahua y desde hace 20 años se dedica a la actividad conocida como Agrimensura Deportiva.
Para quien no está familiarizado con el término, se trata de una labor enfocada a medir con precisión las distancias a recorrer en una carrera.
Noriega es un agrimensor profesional internacional clase “A” por la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo. Y es uno de los cuatro oficialmente reconocidos en México para medir y certificar las carreras atléticas que se organizan a lo largo del país.
Desde hace 13 años acude a nuestra frontera para certificar las distancias y tiempos de recorrido de las principales carreras y maratones realizados en Ciudad Juárez.
Actualmente se encuentra en nuestra ciudad para certificar los tiempos que este domingo se estarán registrando en el marco del 11 Maratón Internacional de Juárez. Una competencia que se ha encargado de medir prácticamente desde sus inicios.
“La palabra ‘Agrimensor’ viene desde los tiempos de los romanos; se aplicaba para los encargados de trazar las rutas al ejército romano para que no se cansaran tanto y darles ventaja en sus recorridos; nosotros hacemos prácticamente lo mismo, trazar las rutas de las carreras pedestres, y certificar que sea la distancia oficial que marca el reglamento”, señala Noriega.
Previo a una carrera, el agrimensor acude semanas antes para realizar la labor de medición del recorrido pactado, que se efectúa montando una bicicleta calibrada.
“Lo primero que hacemos es medir con cinta métrica metálica una distancia mínima de 300 metros en línea recta; sobre esa distancia calibramos nuestra bicicleta que está equipada con un dispositivo llamado ‘contador Jones’ en el cual nos basamos para hacer el calibrado”, explicó.
El dispositivo se instala sobre la rueda delantera, para luego recorrer dos veces los trescientos metros de ida y vuelta, para un calibrado más preciso.
Algo que debe tomarse muy en cuenta, según indica, es la temperatura a la que se encuentran al momento de hacer el primer trazado. Esto debido a que la cinta responde a los cambios de temperatura expandiéndose con el calor y contrayéndose con el frío.
“Hacemos un ajuste de ruta corta que es del 1 por ciento; sobre esa base nos vamos a hacer la ruta a ver cuánto mide el recorrido que propone el organizador”, comenta.
Respecto a por qué se decidió a dedicarse a esta actividad, platica que la nació la inquietud luego de muchos años de practicar el atletismo.
“Fui corredor de fondo, y siempre tuve inquietud de ver por qué cuando corría una carrera registraba un tiempo y en otra carrera otro tiempo. Es que antes no estaban medidas las carreras, así que, en el 2002, cuando hubo oportunidad de tomar el curso para agrimensores decidí hacerlo”, expresa.
Desde entonces fue adquiriendo la experiencia que a 20 años de distancia le ha permitido desempeñar su oficio en distintos países del mundo.
“Me ha permitido conocer diferentes lugares fuera de la República Mexicana como Venezuela, Colombia, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Cuba y Puerto Rico; es la satisfacción que me ha quedado gracias al trabajo que hemos realizado en estos 20 años”, destacó.
Una cosa que lamenta es que en México aún no se cuenta con una cultura de la medición precisa en gran parte de las competencias. Esto a diferencia de Estados Unidos donde la agrimensura deportiva está ampliamente extendida, lo cual hace que los tiempos registrados en competencia sean mundialmente válidos. Por ello destaca la calidad de competencias como el Maratón Internacional de Juárez o la Carrera de la Amistad, que son certificadas con gran precisión.
