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Conoce a Moy, un ejemplo de superación y esperanza, un Chiva de corazón

Pese a su discapacidad motriz, ha salido adelante; tiene como sueño algún día conocer el estadio y a su equipo favorito de futbol: Las Chivas del Guadalajara

¿Qué necesita una persona para afrontar la adversidad, cuando las puertas se cierran y se quiere salir adelante?, Se le pregunta a Moisés Cuéllar Hernández, de 24 años de edad y sin dudarlo responde: la oportunidad de tener un trabajo, creer hasta tener un negocio propio y seguir para alcanzar los sueños, como conocer el estadio de Las Chivas y… ¿por qué no? Hasta a sus jugadores.

Los anhelos y metas de “Moy”, como le dicen de cariño quienes le conocen -y no son pocos-, poco a poco se cumplen y aunque pareciera ser fácil, la verdad es que, para este joven vendedor de burritos, quien de nacimiento tiene una discapacidad motriz de la cintura hacia abajo, las cosas no han sido sencillas; pese a ello, su sonrisa, trato amable y ganas de servir al prójimo son mayores.

Un trabajo, una motivación de vida y un sueño por cumplir

Un pequeño cartelón color amarillo fluorescente pegado a un poste de madera, muestra una oferta que difícilmente los juarenses pueden rechazar: dos burritos y un refresco por tan solo 50 pesos.

Es la esquina de las calles Cuarta y Francisco I. Madero, en la colonia División del Norte, donde de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 2 de la tarde, Moy permanece a la espera de clientes, para darles no sólo alimento para el cuerpo, sino también para el alma.

Su trabajo pudiera parecer común aquí, tomando en cuenta que la ciudad es considerada como el lugar donde se creó el burrito, un platillo a base de tortilla de harina y distintos guisos, que incluso, ya ha sido propuesto en el Congreso Local, para que sea considerado “Patrimonio cultural de Chihuahua”.

Sin embargo, cuando se tiene una discapacidad, conseguir trabajo es no solo complicado, sino que deriva en cuadros de depresión y ansiedad para las personas que son rechazadas. Moy lo sabe, porque lo ha vivido en carne propia y por eso quiere contar su experiencia de vida, para que otros recuperen la esperanza por alcanzar sus sueños.

“Yo sé lo que es tener una discapacidad y que te rechacen en muchos trabajos, que te digan que después te marcan… déjame tu número”, comentó.

La realidad, dice Moy, es que luego de concluir esas entrevistas y dejar su teléfono, logró ver como sus posibles empleadores doblaban el papelito que les entregaba y se deshacían de él arrojándolo al cesto de basura.

El vivir situaciones de ese tipo, llevaron a Cuéllar Hernández a tener cuadros de depresión, tristeza y ansiedad, que logró superar gracias al apoyo de su familia.

Hijo de padres separados, actualmente Moy vive con su madre y la pareja de esta, y son ellos quienes le incentivan a no limitarse y salir adelante.

“Son las principales personas que me han dado motivos para seguir a delante, a pesar de mi discapacidad”, mencionó.

Esa motivación le enseñó a comenzar a valerse por sí mismo, a buscar un trabajo y pese al rechazo perseverar hasta conseguirlo.

“No te veas con una discapacidad a pesar de tenerla, porque no te limita, es parte de tu vida, hay que saber sobrellevarla”, afirmó.

Y fue así, que manteniendo la fe, se encontró con Leyza, propietaria del restaurancito “Mi Güerita”, donde se elaboran los burritos que diariamente Moy Sale a vender.

Leyza y Moy

Cuando Leyza conoció a Moy, al encontrarse con sus ganas de superarse, no dudó en contratarlo. Afirma que el verle con una discapacidad no era obstáculo para darle el empleo, al cual, ha respondido con creces, logrando incluso vender en ocasiones más que en el propio restaurante.

Moy se hizo viral en redes sociales, cuando Leyza compartió la imagen mientras el joven vendía en la esquina y comenzó a compartirse.

Leyza señala que cuando Moy comenzó a hacerse viral, ella estaba fuera de la ciudad y le comentaba que había vendido muchos burritos, le daban propina e incluso acudían a entrevistarlo.

“Simplemente no sé yo le dije, que bueno (fue) gracias a Dios, él te ayudó yo la verdad puse mi granito de arena y que bueno que te hiciste viral porque así vienen a comprarte y la verdad es que los burritos están muy ricos”, expresó.

“A pesar de estar en una silla de ruedas ha hecho lo que muchas personas no hacen”, añadió.

Vender burritos para cumplir un anhelo, conocer a Las Chivas

Diariamente Moy vende sus burritos de rojo, verde, chicharrón, papas con queso, rajas, de arriero, picadillo. Una hielera roja y otra azul, donde guarda los refrescos, son sus instrumentos de trabajo.

Aunque parece un trabajo sencillo, hay que permanecer a la intemperie, mientras la mercancía se logra vender. Pero Moy no pierde el ánimo, y hasta ha armado combos, para satisfacción del cliente: 2 burritos y 1 refresco por 50 pesos. Además, se promociona en su página en Facebook, donde aparece como “burritos moy”.

Su meta es llegar a tener un día su propio negocio y darle la oportunidad a otras personas con discapacidad, tal y como él la recibió, pero además sueña con casarse y formar una familia, tener una casa y su automóvil.

Pero más allá de esos objetivos de vida, está un sueño, que dice haber tenido siempre, viajar a Guadalajara y conocer el estadio Akrón y a su equipo favorito “Las Chivas Rayadas”.

“Si me gustaría conocer el estadio y a los jugadores”, un sueño que, según refleja el brillo en su mirada, habrá de cumplir.

Quiere ser un ejemplo de superación

Cuando era niño, Moy estuvo en un Centro de Atención Múltiple, estudió la primaria y recibió mucho amor y cariño por parte de sus compañeros y profesores, ese recuerdo, forma parte de su crecimiento como persona.

Como vendedor de burritos, Moy hoy tiene la oportunidad de conocer e interactuar con mucha gente, una situación que no le es del todo ajena, ya que desde hace tres años participa en su comunidad religiosa como coordinador de confirmaciones para jóvenes de 17 a 23 años, a quienes les hace la siguiente recomendación:

“Afuera hay un mundo maravilloso donde puedes conocer personas que te pueden dar un trabajo excelente; y les pido que no caigan en depresiones, que no caigan en vicios, es lo peor que pueden hacer”, dijo.

Esa interacción cotidiana es lo que le mantiene con ánimo en el trabajo, porque se acuerda de ellos y lo motivan a seguir trabajando “para que ellos se lleven un buen ejemplo de mí y que sigan ese ejemplo de que si perseveras alcanzas”.

¿Te gustaría ser un ejemplo? Se le pregunta directamente a lo que responde “Sí, si me gustaría ser un ejemplo para más jóvenes que me vieran y dijeran ¡Ah, por Moy estoy aquí, estoy haciendo esto, conseguí tal trabajo…! Que me vieran como un buen ejemplo de superación”.

Tal vez Moy no lo sepa, pero ya es, por su trabajo y entrega, un gran ejemplo de superación, de persistencia y esperanza para la ciudad y sus habitantes y quién sabe, tal vez y para las Chivas… también.

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