Por Martín Orquiz |
En Ciudad Juárez, el empleo maquilador tiene un alza de 6.8 por ciento en 2022, mientras que el resto del empleo creció a un ritmo de 3.1 por ciento, dio a conocer el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Jesús Manuel Salayandía Lara.
En lo que va del año, dijo, el empleo total de esta frontera ganó 26 mil 378 plazas, de las cuales 20 mil 548 fueron para la industria de exportación y sólo 5 mil 830 para empresas no maquiladoras.
Agregó que se esperaba que 2022 fuera el año de la recuperación de la pandemia de COVID-19, pero al analizar la generación de empleo en la economía no maquiladora se vislumbra que apenas comienza a recuperarse.
El empleo total de la ciudad, continuó, tiene un muy buen crecimiento para este año de 5.3 por ciento, algo que muy pocas economías han logrado, pero cuando se separa lo que es el empleo maquilador, que generan 330 industrias, del empleo registrado por las PyMEs, hay una diferencia muy grande.
“Si nos vamos a revisar cómo se ha comportado durante toda la pandemia, entonces tenemos que el empleo total ha crecido un 10.7 por ciento o 43 mil 950 nuevas plazas, no está mal para cualquier economía este crecimiento; sin embargo, otra vez la maquiladora es la que eleva esta cifra… lo que significa un aumento de 16 por ciento para la industria”, declaró.
La economía local, en cambio, aumentó sólo 5 mil 198 plazas, lo que significa un crecimiento de apenas el 2.8 por ciento, lo que demuestra que por más que crezca la economía maquiladora, en estos tiempos la inversión local no repunta de la misma forma.
“El crecimiento que trae la industria es muy bueno, es lo que nos ha sostenido dejando una mayor derrama de salarios, pero el empresario local, el de las pequeñas y medianas empresas no ha tenido todavía los elementos para poderse aventar a contratar más y a invertir más”, añadió.
Salayandía Lara indicó que falta mucho apoyo y que el gobierno deje de meter “más piedritas en el camino”, porque temas como el aumento de regulaciones desde que inició el COVID-19, más impuestos, complicaciones con hacienda, encarecimiento de las tasas y la lentitud con la que crece el consumo, mantiene frenados a los empresarios locales y sin poder invertir.