Las trabas que existen para llegar hasta la Unión Americana los orillaron a cambiar sus planes
Alejandro y Juan Diego recorrieron desde su natal Venezuela más de 4 mil 600 kilómetros para llegar hasta la frontera de Ciudad Juárez y cruzar a Estados Unidos.
Las trabas que existen para llegar hasta la Unión Americana los orillaron a cambiar sus planes y ahora se establecieron en esta localidad, donde dicen vivir el sueño mexicano.
A diferencia de otros venezolanos, ambos han conseguido un empleo formal en Juárez en una barbería, donde aplican sus conocimientos en este oficio, el cual aprendieron y era su forma de sustento en su país.
Eso los ha ayudado a tener ingresos de forma legal y hasta rentar una casa mientras esperan resolver su situación migratoria.
“Dejamos Venezuela para tener un mejor futuro”.
Alejandro González tiene 23 años y viene desde Maracay, Venezuela. Desde hace seis meses llegó a México, pues dejó su país con la intención de tener un mejor futuro y salario.
Al llegar a Juárez fue por medio de internet y las redes sociales que dio con el negocio The Barbereition, en donde ahora labora de manera formal gracias a un permiso temporal que le dieron en el Instituto Nacional de Migración (INM).
En este negocio, el cual se localiza en la avenida Valle del Sol, ha logrado ejercer el oficio que aprendió en las calles de Venezuela cuando tenía 11 años, con base en la práctica y aplicando técnicas diferentes de corte.
Debido a que las políticas migratorias son cada vez más duras para que los venezolanos puedan cruzar a Estados Unidos, asegura que no intentaría pasar de manera ilegal, como otros connacionales que están en esta frontera desde hace meses.
“Está muy difícil poder cruzar. Si yo cruzara sería que abrieran la frontera para entrar de manera legal, con un abogado o una cita con el asilo político; de manera ilegal no lo haría”, comenta en entrevista con El Universal.
Mientras eso sucede, decidió vivir su vida de manera normal en Ciudad Juárez, consiguiendo el empleo para ejercer el oficio que sabe hacer, sin pedir la ayuda humanitaria de los gobiernos.
“Yo estoy viviendo mi vida común y corriente en Juárez, como si yo fuera un mexicano. Me han tratado muy bien, las personas son buena onda, en el trabajo hemos hecho buenos amigos y vamos bien”.
Juan Diego González también es originario de Venezuela y labora junto a Alejandro en el mismo negocio juarense.
Desde hace ocho años se dedica a la barbería, pues cuenta que desde pequeño le agarró amor al trabajo y al dinero, y para obtenerlo se puso a cortar el cabello.
“Es un trabajo que lo sabía hacer y me sustentaba para sostener mis gastos. En el transcurso en que hago eso, pues me sale bien y lo hago para mantener mis gastos”, relata el joven.
Juan Diego dejó a su mamá y sus hermanos en Venezuela, tomó camiones, anduvo a pie, pasó por la selva hasta llegar a México y después a Juárez.
Actualmente vive el sueño mexicano, pues dice que es una forma de poder esperar en Juárez para conseguir una cita en la aplicación CBP One y obtener el asilo político en Estados Unidos.
“No he solicitado la cita, no me da tiempo por el trabajo. Tengo las aplicaciones descargadas, pero no me he puesto a hacerlo. La verdad, si cruzara llegaría a Los Ángeles”, dice el joven de 20 años en entrevista.
Mientras eso sucede, está agradecido con los juarenses y su patrón, quienes le han dado la oportunidad de laborar de manera formal y tener un sustento, ya que le gustaría quedarse en esta frontera un tiempo.
Al ver la situación que se vive con los migrantes originarios de Venezuela, que han cerrado puentes internacionales y se han manifestado, aseguran que lo ideal es que consigan un permiso temporal para estar en México y laboren en las empresas que los pueden contratar.
“Es un tema difícil porque el objetivo por el que estamos acá es para cruzar, pero si se puede sacar una visa humanitaria temporal para trabajar, háganlo».
Negocios juarenses los contratan. Debido a la gran cantidad de migrantes que habitan en Ciudad Juárez, algunas empresas han abierto sus puertas para que los venezolanos puedan laborar de manera formal.
Adrián Sánchez, dueño del negocio The Barbereition, explica que para poder contratar a los migrantes venezolanos tuvo que realizar un proceso ante el INM, ya que al contratarlos se les deben dar las prestaciones de ley.
Con ello, los migrantes logran obtener un sueldo fijo de alrededor de 2 mil pesos al mes, dependiendo del negocio o empresa que los contrate.
Como este negocio, existen otros que están dispuestos a brindarle empleo a la población en movilidad que habita en Juárez desde hace meses y que aun con las políticas migratorias no desiste de cruzar a Estados Unidos.
Migrantes venezolanos logran el sueño mexicano
Las trabas que existen para llegar hasta la Unión Americana los orillaron a cambiar sus planes
El Universal
Alejandro y Juan Diego recorrieron desde su natal Venezuela más de 4 mil 600 kilómetros para llegar hasta la frontera de Ciudad Juárez y cruzar a Estados Unidos.
Las trabas que existen para llegar hasta la Unión Americana los orillaron a cambiar sus planes y ahora se establecieron en esta localidad, donde dicen vivir el sueño mexicano.
A diferencia de otros venezolanos, ambos han conseguido un empleo formal en Juárez en una barbería, donde aplican sus conocimientos en este oficio, el cual aprendieron y era su forma de sustento en su país.
Eso los ha ayudado a tener ingresos de forma legal y hasta rentar una casa mientras esperan resolver su situación migratoria.
“Dejamos Venezuela para tener un mejor futuro”.
Alejandro González tiene 23 años y viene desde Maracay, Venezuela. Desde hace seis meses llegó a México, pues dejó su país con la intención de tener un mejor futuro y salario.
Al llegar a Juárez fue por medio de internet y las redes sociales que dio con el negocio The Barbereition, en donde ahora labora de manera formal gracias a un permiso temporal que le dieron en el Instituto Nacional de Migración (INM).
En este negocio, el cual se localiza en la avenida Valle del Sol, ha logrado ejercer el oficio que aprendió en las calles de Venezuela cuando tenía 11 años, con base en la práctica y aplicando técnicas diferentes de corte.
Debido a que las políticas migratorias son cada vez más duras para que los venezolanos puedan cruzar a Estados Unidos, asegura que no intentaría pasar de manera ilegal, como otros connacionales que están en esta frontera desde hace meses.
“Está muy difícil poder cruzar. Si yo cruzara sería que abrieran la frontera para entrar de manera legal, con un abogado o una cita con el asilo político; de manera ilegal no lo haría”, comenta en entrevista con El Universal.
Mientras eso sucede, decidió vivir su vida de manera normal en Ciudad Juárez, consiguiendo el empleo para ejercer el oficio que sabe hacer, sin pedir la ayuda humanitaria de los gobiernos.
“Yo estoy viviendo mi vida común y corriente en Juárez, como si yo fuera un mexicano. Me han tratado muy bien, las personas son buena onda, en el trabajo hemos hecho buenos amigos y vamos bien”.
Juan Diego González también es originario de Venezuela y labora junto a Alejandro en el mismo negocio juarense.
Desde hace ocho años se dedica a la barbería, pues cuenta que desde pequeño le agarró amor al trabajo y al dinero, y para obtenerlo se puso a cortar el cabello.
“Es un trabajo que lo sabía hacer y me sustentaba para sostener mis gastos. En el transcurso en que hago eso, pues me sale bien y lo hago para mantener mis gastos”, relata el joven.
Juan Diego dejó a su mamá y sus hermanos en Venezuela, tomó camiones, anduvo a pie, pasó por la selva hasta llegar a México y después a Juárez.
Actualmente vive el sueño mexicano, pues dice que es una forma de poder esperar en Juárez para conseguir una cita en la aplicación CBP One y obtener el asilo político en Estados Unidos.
“No he solicitado la cita, no me da tiempo por el trabajo. Tengo las aplicaciones descargadas, pero no me he puesto a hacerlo. La verdad, si cruzara llegaría a Los Ángeles”, dice el joven de 20 años en entrevista.
Mientras eso sucede, está agradecido con los juarenses y su patrón, quienes le han dado la oportunidad de laborar de manera formal y tener un sustento, ya que le gustaría quedarse en esta frontera un tiempo.
Al ver la situación que se vive con los migrantes originarios de Venezuela, que han cerrado puentes internacionales y se han manifestado, aseguran que lo ideal es que consigan un permiso temporal para estar en México y laboren en las empresas que los pueden contratar.
“Es un tema difícil porque el objetivo por el que estamos acá es para cruzar, pero si se puede sacar una visa humanitaria temporal para trabajar, háganlo».
Negocios juarenses los contratan. Debido a la gran cantidad de migrantes que habitan en Ciudad Juárez, algunas empresas han abierto sus puertas para que los venezolanos puedan laborar de manera formal.
Adrián Sánchez, dueño del negocio The Barbereition, explica que para poder contratar a los migrantes venezolanos tuvo que realizar un proceso ante el INM, ya que al contratarlos se les deben dar las prestaciones de ley.
Con ello, los migrantes logran obtener un sueldo fijo de alrededor de 2 mil pesos al mes, dependiendo del negocio o empresa que los contrate.
Como este negocio, existen otros que están dispuestos a brindarle empleo a la población en movilidad que habita en Juárez desde hace meses y que aun con las políticas migratorias no desiste de cruzar a Estados Unidos.