Afirma venezolano que hay muchas familias que duermen en las calles, incluso con niños, y no hay suficientes albergues
Migrantes que ocupan el Hotel De Luxe señalaron que existe una gran necesidad de espacios en la ciudad y los albergues no han sido suficientes para las personas que llegan y buscan cruzar a Estados Unidos, por lo cual optaron por utilizar el inmueble ubicado en el cruce de avenida Lerdo y calle Manuel Bernal.
El pasado martes, el presidente local de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Rogelio González, dijo que dicho hotel había sido invadido por migrantes, lo cual estaba causando una afectación a la propietaria del sitio.
Luis Enrique, como se identificó un venezolano que atendió en la entrada al edificio, mencionó este miércoles que no tenía información precisa de lo que ocurría en el lugar y se limitó a decir que un mexicano era el encargado.
Explicó Luis Enrique que tiene 40 años, que entró al hotel referido hace unas tres semanas, pero desde que salió de su país van unos siete meses.
Anotó que era funcionario público en Venezuela, pero tuvo que huir debido a que no cumplió con algunas directrices políticas que le daba el Gobierno autoritario.
Platicó que ha sufrido violencia en su tránsito por México, al grado de que estuvo secuestrado un mes en el estado de Veracruz.
Agregó que al llegar a Juárez, los migrantes se han enfrentado al clima extremoso y muchas ocasiones han tenido que dormir en las calles, soportando frío, a pesar de que muchas personas vienen en familias con niños.
Reconoció que algunos migrantes ocupan espacios privados por vulnerabilidad en la que se encuentran.
Sobre los edificios solos, dijo que “la gente los ve abandonados y se mete a esos espacios, todo por la necesidad de quedarse con un techo”.
Dijo que en el tiempo que tiene en el Hotel De Luxe, no ha sabido que vayan elementos de la Policía o particulares a tratar de desalojarlos.
En una visita al lugar, se observó que algunas personas descansaban en sillones en lo que antes era el lobby.
A un costado de la puerta principal, un hombre le cortaba el cabello a otro. Uno más llegó y mencionó que los medios de comunicación no podían estar dentro, porque se trataba de un lugar privado y era necesario desalojar.