En la obscuridad de un abandonado estacionamiento subterráneo habita desde hace cinco meses Luis Óscar. Entre telarañas, grafitti, suciedad y carencias enfrenta la vida, luego de que lo despidieran de la taquería donde trabajaba y también vivía. No hay nadie en esta frontera que pueda echarle la mano, su familia migró a los Estados Unidos.
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