Por Francisco Luján |
El sacerdote Aristeo Baca Baca devolvió al Ayuntamiento juarense la presea Fray García de San Francisco que le entregaron en el 2006.
La cancelación de este reconocimiento, el más importante que las autoridades del Municipio de Juárez otorga a las personalidades que destacan por su trayectoria altruista, mantenía en un conflicto a los integrantes del Ayuntamiento, quienes manifestaron posturas encontradas para despojar el presbítero de la presea.
Anteriormente, los tribunales encontraron al sacerdote culpable por los delitos de violación y abuso sexual en perjuicio de una menor.
Baca entregó el medallón junto con una carta dirigida al secretario del Ayuntamiento, Héctor Rafael Ortiz Orpinel.
En el documento, signado por Aristeo Trinidad, se lee que aunque no se la requirieron, su deseo fue regresarla.
Manifestó que tanto su obra pastoral como evangélica y social, solo ha sido como un simple servidor en cumplimiento de su deber y sin mérito alguno.
Señaló que en razón de lo anterior, jamás espero ni solicitó ningún reconocimiento.
Dijo que quienes deben ser reconocidos son las personas que aportaron a la obra social a la que sirvió.
Escribió que lamentaba en los medios de comunicación se haya originado la percepción de que es responsable de un delito que no cometió, y que la grave acusación derivó en una sentencia en su contra.
Lamentó que tal situación hizo “añicos” su reputación, su honor y su nombre. También subrayó que el mayor daño causado por su condena, es el infringido a la Iglesia Católica a la que pertenece.
También sostuvo que es “totalmente inocente” y recordó que un tribunal federal colegiado de distrito, revisa la sentencia y confío en que se juzgará que no tuvo acceso a un debido proceso legal.