Personajes de autoridad ligados a menores en conflicto con la ley coincidieron en que una de las principales causas de que los adolescentes tuerzan el camino es el abandono emocional de parte de las familias.
Refieren que cuando los padres no están para sus hijos ni antes de que cometan faltas o delitos, ni cuando enfrentan los procesos legales de reinserción, difícilmente se logra rescatarlos de sus entornos de riesgo.
José Luis Martínez, psicólogo de Prevención Social de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), explica que de acuerdo a la experiencia que tienen con los menores que llegan a ser detenidos por la Policía Municipal, existe una raíz principal por la cual llegan a desviar el camino.
“Hemos notado que la principal causa de estos actos delictivos, problemas sociales en los que se involucran los jóvenes, los adolescentes, es el abandono emocional por parte de la familia”
José Luis Martínez, psicólogo de Prevención Social de la SSPM
Comenta que hay mucha descomposición familiar, donde “los jóvenes ya no tienen ese contacto, esa interacción con sus padres desde temprana edad”.
Agrega que como dependencia de prevención, trabajan en escuelas primarias, donde se percatan de muchas situaciones de violencia que viven los niños.
“Nos damos cuenta a través de diferentes técnicas, que lo que ellos padecen es una necesidad de atención”, subraya.
“Desde ahí te das cuenta que ese niño tiene un alto perfil para desencadenar otro tipo de problemas en la adolescencia, incluso los mismos adolescentes expresan abiertamente que no les importa la vida”, destaca el especialista del comportamiento humano.
“Ellos quieren satisfacer ciertas necesidades emocionales a través de ciertos actos como son el consumo de sustancias, que es otro problema serio que también los jóvenes viven actualmente, ya que están consumiendo drogas y en sí los actos delictivos”, detalla.
Agrega que también la deserción escolar es un problema en el que la sociedad está inmersa, “situación que también se la adjudicamos al abandono emocional por parte de las familias”.
Padres distantes, sumidos en las redes sociales
Explica que parte del abandono emocional hacia los hijos, es por un cambio generacional que trae entretenidos a los adultos en otros intereses.
“A veces se comprende que por las dinámicas de trabajo, en una ciudad como la nuestra, existe poquito tiempo, pero los padres no lo aprovechan con sus hijos”, indicó.
Refiere que en el actual cambio generacional, “se le presta más atención a otras cosas como relaciones sociales o redes sociales, que es un fenómeno también”.
“Ya no hay tanta importancia en educar y formar a un niño, (sino) en estar en el teléfono por ejemplo”, anota.
Menciona que de acuerdo al trabajo que se tiene con los menores de edad a través de los programas de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, estos manifiestan que sus padres no les ponen atención, que no les ayudan con las tareas.
“La causa de la deserción escolar es porque no hay atención en la dinámica escolar”, precisa.
“¿Cómo me voy a percatar que mi hijo está reprobando, si ni siquiera sé si está cumpliendo con las tareas, ni siquiera sé si está aprendiendo, si ni siquiera sé si puede aprender? Que ese es otro problema, cuando el joven quiere y cuando no puede por dificultades”, externa.
Violencia familiar
Refiere que más allá de los adolescentes en conflicto con la ley que son por causas administrativas, “ahora tenemos más impactos en los aseguramientos por violencia familiar, de riñas, de peleas entre adolescentes y sus padres. Además de los niños que están solos en casa, solos en la calle sin ningún tipo de supervisión, aparte de los que están intoxicados en la vía pública”.
“Entonces más allá de que los jóvenes estén cometiendo faltas administrativas, como es pandillerismo, graffiti, vandalismo, ahora estamos con un serio problema de núcleo familiar”, indica Martínez.
Anota que hay otro problema muy serio, como lo es el suicidio, donde hasta octubre del año pasado se tuvieron 101 casos concretados, pero hubo en el año 750 llamados al número de emergencias 911 donde se avisó de personas intentando quitarse la vida, muchos de ellos menores de edad.
El especialista en psicología refiere que también hay una gran presencia de casos de abuso sexual que se da al interior de las familias, lo cual se da a temprana edad.
“La realidad es cruda pero esto pasa en hombres y mujeres, pero lo he notado más en las niñas, las mujeres, las cuales han padecido mucho abuso sexual de parte de los mismos familiares y te das cuenta que la vida de esa adolescente es totalmente inestable, ya que desertan de la escuela, tienen relaciones sexuales a temprana edad, consumen drogas, están en situaciones precarias”, aclara.
Señala que los casos de abuso sexual impactan mucho porque es difícil concebir que un padrastro e incluso un papá biológico atente contra la integridad física de una niña de cinco, de cuatro años. Lo que les comento a los padres es que el problema de los adolescentes no es actual, es el resultado, la consumación de un problema que le antecedió hace años y estamos hablando principalmente de la niñez”, dice.
Peleados también con la sociedad
Considera que por lo regular los jóvenes llegan a una edad en la que se sienten fuertes física y mentalmente y entonces tienen esa capacidad para enfrentar primero a sus padres y luego a otras figuras.
“Cuando son niños no existe esa fuerza física ni mental y se someten al sistema familiar, pero ya cuando existe este crecimiento es cuando se desencadena el problema”, precisa.
Finalmente refiere que el adolescente también llega a caer en alguna situación irregular por experimentación, pero es fácil que regrese al buen comportamiento si tiene el acompañamiento de sus padres, sin embargo, si continúa en una conducta de riesgo social de forma recurrente, entonces es porque éste trata de llenar vacíos emocionales.
La esclavitud de las drogas
Eustacio Gutiérrez, juez especializado en justicia para adolescentes, explica que el fenómeno de adolescentes en conflicto con la ley se ha agravado debido a la aparición de nuevas drogas, como lo son el cristal y el fentanilo.
Señala que el fentanilo que es una droga sintética de moda en el mundo de las drogas, la cual “está afectando mucho a la juventud, a todas las personas en general, pero con mayor razón a los adolescentes porque son más vulnerables a los efectos de la ingestión de ese tipo de drogas”.
Menciona que de los casos que le toca atender, en la mayoría los adolescentes involucrados están relacionados con el uso de drogas o bien su comercialización o narcomenudeo.
Afirma que desde que los adolescentes incursionaron en el narcomenudeo, ha aumentado bastante el número de delitos contra la salud, donde hay bandas que se dedican exclusivamente a la venta de drogas en pequeño, incluso en los planteles educativos.
Hijos olvidados
Acerca de la rehabilitación, Gutiérrez menciona que no es tan fácil que se logre, porque influyen muchos factores.
“No es imposible, es más fácil rehabilitar a los adolescentes que a los adultos, son jóvenes y todavía pueden componer sus vidas”, señala el Juez.
Anota que le ha tocado conocer casos donde mientras están privados de su libertad estudian la primaria, secundaria o preparatoria y no vuelven a cometer delitos, sin embargo, aclara que “esos son los menos”, porque en su mayoría quedan libres y vuelven a incidir en delitos.
Dice que como hay mucha pobreza, falta de oportunidades y acceso a mucha venta de drogas al menudeo, los adolescentes son fácilmente atrapados en esa dinámica.
“Cantidades de dinero que nunca habían tenido en su vida, de tal manera que desean dedicarse a esa vida que ir a la escuela”, opina.
Gutiérrez dice que en los casos que le toca atender, la constante es que los adolescentes en conflicto con la ley carecen de padre o madre, o si los tienen, no se preocupan por ellos.
También calcula que en la mitad de los casos, los mismos padres dejan de acudir a las audiencias de sus hijos, decepcionados de ellos, dejándolos a la deriva.