Migrantes prefieren sus tiendas al aire libre, aunque se quejan de alergias por contacto con la tierra
Aunque aceptaron desalojar el campamento, no todos los migrantes están de acuerdo en entrar a las carpas habilitadas como refugio temporal y optaron por erigir tiendas de campaña en la parte externa del lugar.
Se contabilizaron 12 tiendas de campaña en el perímetro del refugio instalado por el Gobierno municipal en coordinación con el Instituto Nacional de Migración (INM).
De acuerdo a personas en movilidad que tienen ahí dichas tiendas de lona, el motivo por el cual prefieren estar fuera es porque tienen más libertad, además de que en el interior está sofocado por la falta de enfriamiento efectivo.
Sin embargo, refirieron que el problema de estar en la parte externa es que les han resultado alergias al contacto con la tierra.
Carlos Paiva, uno de los migrantes venezolanos, mencionó que en lo personal se le ha cerrado la garganta y las fosas nasales, debido a las alergias.
Agregó que otro problema es que no les han instalado baños con agua para asearse como prometieron, ni cocina para que ellos mismos puedan elaborarse alimentos.
Dijo que de hecho el Grupo Beta les provee solo un kit alimenticio pequeño y es una iglesia evangélica la que les otorga una comida extra por la noche, pero es lo único. Agregaron que si la comida no alcanza, les dan prioridad a mujeres y niños.
Otros migrantes que lo acompañaban y que prefirieron no dar a conocer sus identidades, refirieron que las colchonetas que les reparten diariamente no son suficientes y existen disputas entre ellos para alcanzar su pieza durante la tarde que se las entregan.
Se quejaron de que tienen que bañarse al aire libre con agua que sale de una manguera que ya estaba desde antes junto a la banqueta cerca de la vialidad.
“Ahí se bañan todos, a la luz pública, incluso las mujeres y los niños, prácticamente en la calle”, comentó uno de los entrevistados.