Por Luis Carlos Ortega |
Han pasado poco más de 24 horas desde el descubrimiento de un nuevo cadáver de una persona en indigencia en la zona centro.
El lugar: una propiedad en condición de tapias ubicada en la esquina de las calles Miguel Hidalgo y Mariano Abasolo.
Está ubicada en un sector de la ciudad que durante el día bulle de gran actividad debido a la cantidad de comercios que la circundan. Pero a partir de que obscurece y la actividad comercial se va apagando, la zona cambia por completo de fisonomía.
El sector se vuelve entonces punto de latente riesgo para quienes se ven obligados a caminar sus calles que lucen entonces a plenitud su abandono.
La venta de droga, la delincuencia ocasional o sistemática, la escasa circulación vehicular, la casi nula iluminación, y la indigencia aparecen entonces como rasgos distintivos.
Es el centro de una ciudad que creció a sus expensas y que, de acuerdo a investigadores en materia urbana, vive hoy un injusto abandono.
Esta condición mantiene un proceso de continuo avance en el deterioro de la zona, sin muestras palpables de atención ni intervención oficial para su recuperación.
Así lo consideran académicos como Luis Herrera Terrazas, quien señala que esto se debe a dinámicas propias del movimiento comercial, industrial y habitacional.
Un crecimiento extendido que, de acuerdo a otros investigadores, viene acompañado de la especulación y un obscuro juego de intereses ajenos al interés social.
Esto pese a anuncios de programas enfocados al rescate de estos espacios en años recientes, que mantienen al sector como punto neurálgico de desatención oficial.
En el cuadro que comprenden las calles Miguel Hidalgo, Altamirano, Mariscal y Hospital, se encuentran innumerables propiedades en total abandono o en condición de tapias.
Muchas de ellas representan, además, auténticos focos de riesgo para la seguridad ciudadana.
Para habitantes y gente que a diario se mueve por ese sector, no se trata ya de nada nuevo; prácticamente en cada cuadra de esa contrastante zona existen propiedades en estas condiciones.
Un recorrido realizado por algunas calles de la zona centro da clara muestra de lo anterior, como es el caso de la propiedad arriba citada.
De esta propiedad sólo están en pie sus grandes muros, pues el interior, constituye un amplio terreno lleno de basura, escombros y maleza.
El lugar representa además un idóneo punto de recalado especialmente para indigentes y drogadictos, como pudo constatarse al momento de tomar nota del lugar.
“¿Qué? ¿nos vamos?” Pregunta desde adentro la voz de un hombre sorprendido al momento del recorrido periodístico, al que confunde con una incursión policial.
“No. Es sólo una visita al lugar donde se encontró a una mujer que murió mientras dormía”, se le explica.
“No, no fue aquí, fue en otro lugar que está más allá”, afirma.
Otra voz proveniente también del interior aclara que no es así, apareciendo entonces un hombre que apunta con su dedo el lugar exacto del hallazgo.
“Ahí fue, ahí donde está ese colchón, fue donde se murió, seguro que de frío porque a nosotros no nos dan ni una cobija”, exclama.
En condiciones similares se encuentra lo que fue una antigua funeraria ubicada en la calle Altamirano, entre las calles Hospital y Manuel Acuña; al parecer, al momento de la incursión periodística, se registraba actividad en su interior.
Un perro de pata coja dotado de camiseta resguarda el lugar de la entrada de extraños.
A un costado se localiza otra edificación carente de techumbre, igualmente abandonada y en condición de terreno; es un espacio utilizado para la disposición y quema clandestina de desechos además de escombro.
Unos metros más adelante, por la calle Hospital, entre las calles Altamirano y Mariano Abasolo, se observa lo que fue una vivienda actualmente abandonada; en ese espacio cerrado a la vista por un gran arbusto igualmente abundan la basura, el escombro y gran cantidad de llantas de desecho.
Se trata de una postal que se repite ininterrumpidamente en cientos de cuadras existentes en este cuadro del sector centro de la ciudad.
Lejos de ser objeto de atención por tratarse de sectores en que se forjó su historia, son espacios donde reina un injusto e inmerecido abandono.