Por Luis Carlos Ortega |
Si como dice Juan Villoro, “el futbol le gusta a demasiada gente como para no ser aprovechado de mil formas distintas”, quien supo encontrar la forma de que este deporte incidiera positivamente más allá de las canchas, incluyendo a Ciudad Juárez, no fue otro que el gran Rey Pelé.
No es precisamente que el llamado “O Rei” haya visitado y mucho menos jugado alguna vez en esta frontera, pero sí que los programas sociales que “tras su retiro del futbol” apoyó siempre a través de su fundación y en sus labores como embajador de la ONU, llegaron a incidir en proyectos locales, uno de los cuales tuvo importante impacto en el caso de los “ninis” juarenses.
Retirado con gran carga de honores en 1977 de la práctica de este deporte, sus hazañas en la cancha lo convirtieron en un ícono mundial que no quedó solo en el gran impacto obtenido con las generaciones posteriores de jóvenes futbolistas que buscaban emularlo, sino que ha abarcado ampliamente los terrenos del altruismo y la filantropía alrededor del mundo.
Basado en el concepto del amor y en la idea de una niñez más sana y con oportunidades en la vida –sin dejar de lado su posible cargo de conciencia ante su postura neutral con la dictadura militar vivida por espacio de dos décadas en Brasil– el rey del fubol mundial creó la “Fundación Pelé”, una estructura de apoyo social motivado por su propia historia de vida, y enfocada a apoyar a niños en condiciones de vulnerabilidad financiera.
Mediante esta organización, ya como Embajador de la ONU y coordinando esfuerzos con organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, ente otros, el Rey Pelé promovió incontables obras sociales por todo el mundo, teniendo como motor fundamental para su labor, el amor al prójimo.
Como parte de estas acciones surgieron diversos proyectos, dos de los cuales tuvieron en determinado momento en la mira a Ciudad Juárez.
Uno de ellos, un programa de reinserción social de personas privadas de la libertad a través del deporte, y otro, denominado “Ganar”, enfocado a financiar actividades deportivas como el futbol, para que, por este medio, jóvenes reingresen al sistema de educación formal y adquieran habilidades empresariales.
El primero se planteó a mediados de 2021 como opción para los presos del Centro de Readaptación Social de Ciudad Juárez, como un nuevo modelo de reinserción social para motivar a los internos a través del deporte, como ya se había hecho en Ecuador y Uruguay.
Esto teniendo como ejes de trabajo la seguridad interior, la atención a los internos, el mejoramiento de áreas y el desarrollo de programas novedosos.
Por razones no especificadas, este proyecto fue pospuesto.
En el caso del programa “Ganar”, el proyecto resultó tan exitoso al aumentar la empleabilidad de la juventud, que se decidió extenderlo a más de 14 países con el apoyo de distintas organizaciones como la Fundación Clinton, Fundación PepsiCo y Fundación Carlos Slim.
En México, este proyecto se trabajó con jóvenes de Ciudad Juárez, siendo la única ciudad del país en la que se implementó, con resultados favorables.
Echado a andar en 2011 como programa piloto para México en esta ciudad a través de la “Fundación Comunitaria de la Frontera Norte”, el proyecto “Ganar” fue de importante impacto para un total de mil 140 jóvenes de condición vulnerable que formaban parte del “boom” de los entonces llamados “ninis”.
A todos ellos se les brindó la oportunidad de estudiar una carrera técnica y facilidades para la obtención de un empleo, teniendo como resultado un 98 por ciento de resultados en la mejora de su calidad de vida, según representantes de esta organización en la ciudad.
El proyecto “Ganar” que en su momento recibió un gran aporte económico, evolucionó para convertirse en el actual proyecto “Desafío”, programa similar que actualmente funciona con base a donaciones, y que está enfocado a la empleabilidad para jóvenes en condición vulnerable.
Su rango de acción comprende a personas de entre 16 y 29 años de edad, que no estudian, ni trabajan, y que habitan en las zonas de mayor rezago e incidencia delictiva.
El logotipo de este modelo que expresa los tres escenarios de éxito del programa que son “empleo, educación y emprendimiento”, tiene al centro un balón de futbol.
Esto representa la sencilla herramienta con la que inició el camino de vida del Rey Pelé, y mediante la cual se siguen generando dinámicas que fortalecen habilidades para la vida y el trabajo.
Según la filosofía que mueve a esta organización social, el “desafío” es llegar a un nivel de excelencia que, por supuesto, termina con el número 10, el mismo que a lo largo de su carrera futbolística ostentó siempre en su espalda el icónico goleador brasileño.
